Desde hace meses, venimos asistiendo a un proceso de reestructuración en Core llamado New Horizon, que, lejos de regirse por los cauces legales establecidos, como sería la aplicación del artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores, se está ejecutando por parte de la empresa de forma encubierta, opaca y vulnerando nuestros derechos.
Avanade
rehúye su responsabilidad
En la última reunión con la dirección,
todas las secciones sindicales esperábamos —quizá con ingenuidad— obtener
información clara y transparente. Habíamos trabajado intensamente, con el
respaldo de nuestros equipos jurídicos, en propuestas que protegieran los
puestos de trabajo, ofrecieran garantías a quienes cambiaran de empresa y
aseguraran compensaciones justas a quienes se vieran obligados a salir (siempre
que estuviesen justificadas). Pero, una vez más, nos encontramos con una
empresa que huye de la transparencia, y vuelve a dar respuestas como “no lo
sabemos”, “no está definido”, “lo decide global”. Se niega a asumir
responsabilidades y apuesta por el desgaste psicológico.
La “oferta” de Avanade: una coartada para blindar despidos
La dirección ha puesto sobre la mesa una
“oferta” para pactar condiciones de despido. ¿Por qué? Porque sabe que existe
el riesgo de que estos despidos sean impugnables por su falta de legalidad.
Por eso necesita una firma del comité: no como resultado de una negociación
real, sino como coartada legal para ejecutar su plan.
La propuesta y las condiciones de la plantilla afectada son indignas, impropias de una empresa que presume de modernidad y valores, una empresa que lleva más de medio año jugando con la incertidumbre de más de 60 trabajadores sin ofrecer respuestas claras.
Estamos frente a un intento de ERE
encubierto
Es evidente para muchos grupos sindicales que estamos ante un intento de ERE encubierto. Un intento deliberado de vaciar la plantilla
de Core (y puede que más allá) a base de miedo,
presión psicológica y maniobras “pseudolegales” para evitar entregar
documentación a la Representación Legal de los Trabajadores (RLT).
En lugar de actuar con
honestidad y respeto, Avanade ha optado por el silencio institucional, la
estrategia del desgaste y la resignación colectiva.
Avanade busca que firmemos un cheque en blanco
La intención es clara: la empresa
quiere que la Representación Legal de los Trabajadores (RLT) firme un cheque
en blanco. Una firma sin información, sin compromisos ni garantías, que les
otorgue vía libre para despedir a su antojo durante los próximos meses o años,
sin rendir cuentas, sin transparencia y sin control.
Tras seis meses de reuniones, seguimos
sin saber:
- Qué departamentos de Core o fuera están afectados.
- Cuántos despidos se pretenden realizar a medio y
largo plazo (solo sabemos que en agosto se realizarán hasta 5)
- Qué criterios se aplicarán para seleccionar a las
personas afectadas y cuales para mantener a las que no.
- Qué justificación económica o técnica concreta y
detallada hay detrás del proceso.
Todo se mantiene en un ambiente de
opacidad e improvisación interesada.
Desde CGT decimos: No vamos a ser cómplices
A día de hoy, Avanade sigue sin cumplir los requerimientos de información de la Inspección de Trabajo. Este comportamiento no solo es poco ético: es un ataque directo al marco legal y a los derechos de todas y todos los trabajadores.
Desde CGT hemos interpuesto las denuncias pertinentes ante la Inspección de
Trabajo, y seguiremos luchando sin descanso para frenar estos abusos
laborales.
Llamamos a toda la plantilla a no resignarse, a mantenerse firme y unida, y
a no aceptar como normal lo que no lo es: la
vulneración de nuestros derechos, la falta de transparencia y el uso de la
precariedad como herramienta de presión.
Esta no es una reestructuración. Es una maniobra orquestada para deshacerse de personas sin dar la cara. Y no lo vamos a permitir.
Hoy son los compañeros de CORE, mañana podemos ser todos
Unidos por la lucha